La Batalla de Almansa

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La Batalla de Almansa

La Batalla de Almansa, librada el 25 de abril de 1707, fue uno de los enfrentamientos más relevantes de la Guerra de Sucesión Española (1701-1715), conflicto originado tras la muerte sin herederos del rey Carlos II.

Su testamento otorgó el trono a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, lo que desató una lucha entre los Borbones (Francia y España) y los Austria (con el archiduque Carlos como aspirante).

La guerra, que involucró a casi toda Europa, enfrentó a dos grandes bloques: por un lado, la Gran Alianza (Inglaterra, Holanda, Austria, Portugal y Saboya) apoyando a Carlos; por otro, las Coronas de Francia y España, junto a Baviera, defendiendo los derechos de Felipe V.

Tras tomar Barcelona en 1705, el bando austracista ganó apoyo en la Corona de Aragón. En 1707, el ejército aliado avanzó hacia Madrid desde Valencia, pero fue interceptado en Almansa por las tropas borbónicas lideradas por el Duque de Berwick, quien contaba con un ejército multinacional de 25.000 soldados.

La batalla fue intensa, con miles de bajas, pero la victoria fue para los borbónicos. Esto permitió a Felipe V recuperar rápidamente Valencia y parte de Aragón, y consolidar su dominio. Como represalia por el apoyo a los austracistas, en junio de ese mismo año derogó los fueros de ambos territorios, lo que originó la expresión popular del “mal d’Almansa”.

La guerra concluyó con los Tratados de Utrecht (1713) y Rastatt (1714), que reconocieron a Felipe V como rey de España, pero obligaron a ceder territorios europeos a Austria y entregar Gibraltar y Menorca a Inglaterra. Este conflicto transformó el equilibrio de poder en Europa y tuvo profundas consecuencias en la historia moderna de España.

La Maqueta

Para la elaboración de esta maqueta se ha realizado un exhaustivo estudio de la topografía, el terreno, los edificios y los uniformes, incorporando como fondo el cuadro de la batalla pintado por Bonaventura Ligli unos 13 o 14 años después, y que se conserva en el Museo del Prado. El cuadro tiene errores en la uniformología y en la disposición de las tropas, es una fuente necesaria y hemos tenido que recurrir a otros escritos para ser más fieles a la realidad. 

La maqueta tiene unas 10.000 piezas, y los dos molinos de agua, el refugio de pastores y la acequia siguen existiendo hoy día. Los uniformes de esta época no era muy diferentes los unos de los otros, era la ropa de diario a la cual se la daba un color diferente. Los hombres vestían con levita y tricornio en gran mayoría, por lo que en ocasiones, para distinguirse en batalla incorporaban algún elemento al uniforme, como los Austria, que añadían a su tricornio una ramita verde. 

La escena representa un instante clave en la Batalla de Almansa, cuando se define el rumbo del enfrentamiento a favor del bando francés-borbónico. Al observar la imagen o recreación desde la entrada de la sala, se puede distinguir claramente el campo de batalla, dispuesto en una diagonal de izquierda a derecha.

En el lado izquierdo se encuentran las tropas borbónicas, compuestas por españoles y franceses, alineadas en la primera línea de combate. En el lado derecho, están posicionadas las fuerzas austracistas, conformadas principalmente por ingleses, holandeses y portugueses.

En el centro del ejército borbónico está el comandante James Fitz-James, duque de Berwick, un noble inglés al servicio de Francia, que lideraba la ofensiva.

El mando austracista, en cambio, estaba dividido entre dos generales: El Marqués Das Minas, un comandante portugués, ubicado en la parte trasera derecha, montado en un carro de mando; Y Henry de Galway, un hugonote francés al servicio de Inglaterra, situado en el centro del ejército austracista.

Esta disposición visual busca mostrar no solo las posiciones de ambos ejércitos en el campo de batalla, sino también la tensión táctica y la importancia de los líderes militares en un momento en que el curso de la guerra estaba por cambiar drásticamente.

Además de la batalla se ha intentado plasmar la vida cotidiana que gira en torno a ella. Podemos ver el campamento donde se llevaba la intendencia, se guardaba la munición, los víveres, y se encontraban las prostitutas que acompañaban a los regimientos, los animales que acompañaban a las tropas, los aguadores, etc… Muchos soldados no iban voluntariamente a la batalla, por lo que se les emborracha o se les obligaba a avanzar mediante un sargento que les azuzaba por detrás. 

Como anécdota, comentar que el general Das Minas, del bando austríaco, estaba acompañado por su amante, a la que vistió de soldado y que falleció en la contienda. Está representada en la maqueta.

Hoy en día se realiza una recreación de la batalla el día de su aniversario, el 25 de abril, en el mismo lugar del campo de batalla por parte de la Asociación Almansa Histórica que reúne a recreadores históricos de toda Europa.

Esta batalla supuso para Valencia, Cataluña y Aragón la pérdida de sus fueros y normas legarles y tradicionales y la instauración en la corona española de la dinastía de los Borbones que sigue reinando hoy. Para España supuso la pérdida de Gibraltar y numerosos territorios en Italia, en el norte de Europa y en general de su grande como Imperio. En el equilibrio de poderes europeo el Reino Unido inició su ascenso hacia la hegemonía mundial.